El Embajador de la República Francesa en Argentina, Monsieur Pierre Henri Guignard estuvo el 13 de marzo, junto a una gran comitiva, visitando la sede de la Sociedad Francesa de Tucumán.Lo hizo en el marco de la presentación del libro Première Personne Pluriel, una historia sobre la Sociedad Francesa de Tucumán y la inauguración del monumento Armisticio 1918, que recuerda los 15 franceses tucumanos muertos durante la Primera Guerra Mundial.He aquí la transcripción de us discurso:
Première Personne Pluriel. Así
empezó este viaje que estamos realizando aquí en Tucumán, gracias a la llegada
de una primera edición de este libro en mi escritorio, cortesía de Ariel
Blufstein. Él está aquí con nosotros, le agradezco, ha sido un enlace
formidable, para indicarme que algo estaba pasando aquí, en Tucumán, con una
Sociedad Francesa que recordaba, en el año del Centenario del final de la
Primera Guerra Mundial. Claro, todos teníamos los ojos en el espejo trasero de
la Historia, leyendo los eventos de hoy a la luz de los, trágicos, de ayer.
Première Personne Pluriel. Hablando
de “nous”, de nosotros, ustedes hablan de todos nosotros. De la historia de
nuestro país.
Fíjense que tenemos todos un
poco esa imagen de una Francia eterna, línea directa desde los galos. Pero no
es así. La historia se ha escrito de otra manera. Nuestro país ocupa una
situación privilegiada en el corazón de Europa, ventana sobre el océano
Atlántico, entre el norte y sur de Europa, puerta de entrada hacia el resto del
continente y, por supuesto, ha sido abierto a todos los movimientos migratorios
que hemos visto.
Todos por una razón u otra,
desde la antigüedad, hemos tenido y podemos encontrar en nosotros, rasgos de
como nuestro país se hizo; como un mosaico.
Sin embargo no tenemos esa
imagen de país de inmigración. Argentina sí lo tiene, porque quizá es más
reciente, más profundo.
Pero no solamente nuestro
país fue un terreno, una tierra adonde pasaron, vinieron, a veces de manera violenta, a veces
esencialmente buscando trabajo, buscando el pan de cada día. Los franceses
tuvieron también esa voluntad de conocer, de proyectarse, ese interés de ir a
descubrir otros mundos, otros continentes.
En Europa, a veces por tener
que huir, huir del hambre, siempre se ha pensado en Francia, por supuesto. Huir
de la intolerancia también, pero no fue siempre así: para mí una de las grandes
heridas de nuestro país es cuando decidimos que los protestantes no se podían
quedar. Y se fueron a buscar la Libertad en otros lados.
En Francia… Liberté, Egalité,
Fraternité, pero en algún momento… Protestantes… chau.
Y otros se fueron también,
porque sencillamente pensaban que quizás la hierba era más verde, las praderas
eran más verdes en otras partes.
Así, los que vinieron hacia
este continente empezando por el norte siguiendo la ruta de Jacques Cartier que
llegó hasta el Canadá y casi todo el norte de los Estados Unidos. La geografía de
los Estados Unidos ha sido marcada por los franceses. Detroit... Cadillac, etc…
y hacia el sur.
No olvidemos que hasta la
fecha, Francia es el único país europeo de América. Nuestra frontera más larga
no la tenemos con Alemania, no la tenemos con España, la tenemos con Brasil. La
Guyane, Martinique, Guadeloupe, Saint-Pierre-et-Miquelon…
…Y algunos vinieron aquí a
Tucumán, siguiendo las rutas abiertas, como nos acaba de recordar el arquitecto
con su talento de siempre, autor de un magnífico libro.
Le agradezco por ese
trabajo, yo sé que es un trabajo colectivo, dirá: todos estuvimos en esto, pero
él estuvo ahí para reunir las ideas.
Aquí vinieron, no creo que
haya sido fácil. Hoy embarcamos en Buenos Aires, en Aeroparque, menos de dos
horas después estamos aquí, en Tucumán. Tomamos una coca cola y ahí estamos en
Tucumán.
¿Cómo era el viaje para
llegar acá?…. Los que habían dejado…. Lorient, Le Havre…. cruzado el océano,
llegado al puerto y después ese largo viaje hasta aquí.
Hoy es muy bonito, campos de
limoneros, la caña de azúcar verde… que hace de su territorio, Tucumán, algo
que se parece probablemente al Paraíso. ¿Pero entonces? Para quienes vinieron a
trabajar la tierra, a levantar las piedras, a construir sus casas, qué trabajo!
Qué voluntad!
De repente los ruidos de la
guerra, llegan hasta aquí, están aquí diseminados. Dos generaciones, quizás más
están instaladas, lejas de Francia...Y algunos no dudan, están listos para
ponerse un casco, para ir a defender una Patria que ni siquiera conocían
quizás, porque su corazón todavía era azul, blanco y rojo. Y eso me produce una
inmensa emoción.
Acabamos de ver los nombres
de esos 14 que no regresaron. Tres Grossetệte,
qué pérdida! Dos Coulant, dos hermanos probablemente o dos primos. Los Tệtu...
ahí estaban… en el lodo de la Primera Guerra Mundial.
Ustedes marcaron ese
Centenario para que nadie se olvide de lo que fue.
No pude estar con ustedes
ese día porque teníamos una ceremonia en Buenos Aires. De las más emocionantes
que hayamos tenido aquí, para nuestra comunidad europea en la Argentina.
Magnifique. Celebramos, conmemoramos el final de esta guerra. Por supuesto, lo
hicimos nosotros en el Cementerio Francés, con los veteranos franceses, lo
hicimos temprano porque después acompañamos a nuestros amigos británicos
todavía europeos por algunos días, alemanes e hicimos una ceremonia juntos.
Juntos. Hicimos caer una pared entre el Cementerio Inglés y el Cementerio
Alemán!
Después de la primera guerra
mundial, que tuvo eco hasta aquí, a pesar de esto, hubó la segunda Guerra
Mundial. También hace poco, estallaron los
conflictos en nuestro continente, a unas pocas horas en Paris…
Lo que pasó en nuestro
continente nos da la impresión que no entendemos, que no aprendemos.
Por eso, querido Gerardo, el
trabajo de memoria, es esencial. No debemos olvidar.
Hoy estamos viendo la Unión
Europea interrogándose sobre su futuro.
Como lo estamos indicando,
estamos viendo a los británicos, que por unos puntos de porcentaje, en un
momento dado, están a punto de dejar la Unión Europea. Como si estuvieran
saliendo de un supermercado, sin preocuparse más.
La Unión Europea no es un
supermercado. La Unión Europea es una unión política. Así lo decidieron los líderes que no querían que
volvieran a pasar las tragedias del siglo XX.
Hoy en el siglo XXI, debemos
recordar que la Unión Europea es la paz y que la paz pasa por la integración,
por el trabajo conjunto. Pero también no impide que conservemos nuestro
carácter, lo que somos, tal como sus ancestros, para la gran mayoría de ellos, aquí
durante años han mantenido su corazón francés, pero su cabeza argentina...
Porque uno puede ser uno y el otro. Porque somos ciudadanos del siglo XXI, que
podemos tener esa visión global del mundo.
Debemos aprender del pasado
y no repetir nunca sus errores.
Con que ligereza tomamos el
riesgo de la guerra! Claro que hay que hacerla cuando es necesario, cuando los
valores están atacados, cuando la Libertad está amenazada. Pero antes de todo
debemos prevenir. Evitar.
Esto lo hacemos con
instituciones democráticas importantes, fuertes, que nos permiten preservar las
valores de nuestras dos repúblicas hermanas, nacidas casi al mismo tiempo. La
República Francesa, emergiendo de una revolución violenta, pero que viene con
ideales de Libertad, Igualdad y Fraternidad. Y una Argentina que descubre su
capacidad, su territorio y que lo ama, y que se lo apropia.
El día de ayer el gobernador
de Tucumán nos recordaba que en Tucumán se exportan 150 productos a 150 países.
Ustedes dependen de los
otros.
Francia es un país que tiene
pocas fuentes de energía naturales, que necesita materias primas de otras
partes o productos fabricados en otras partes. Ustedes necesitan exportar.
Nosotros necesitamos importar, Sabemos exportar. Ustedes deben importar. Por
eso ahora nuestros negociadores están reunidos en Buenos Aires para tratar de
lograr una asociación entre la Unión Europea y el Mercosur. Ojalá lo logremos.
Quizás han leído en la
prensa, en algún momento, que Francia estaba opuesta a esa asociación. No es
cierto. Estamos a favor, como estamos a favor de todo lo que permite la
integración entre la gente.
Por supuesto existen condiciones.
Cada grupo tiene que negociar defender sus posiciones, pero debemos de llegar a
un resultado.
Perdón por tomar un poco de
su tiempo, reflexionando sobre el estado de nuestro mundo a la luz de lo que
fue ese mundo, pero ustedes son el resultado, el producto de esos grandes
movimientos de la humanidad.
Si me permiten una última
palabra personal, antes de concluir sobre este tema. Quiero decirles que me da
mucha pena que en los últimos años, el Mediterráneo haya sido la tumba de
muchos inmigrantes; indigno en el siglo
XXI cuando existen soluciones! Las soluciones las tenemos todos juntos, en
Naciones Unidas, en los Foros internacionales…
La Argentina y Francia
abogan por un mundo donde las diferencias entre los países se resuelven a
través del multilateralismo, en las Naciones Unidas.
No son perfectas las
Naciones Unidas. He trabajado tres años en Naciones Unidas, puedo decirlo: no
es una organización perfecta, tampoco lo es la Unión Europea, por cierto. ¿Alguien
ha inventado algo mejor? No, por supuesto que no. Es lo que tenemos ahora para
resolver nuestras diferencias y evitar, a toda costa, los conflictos de ayer.
Señoras y señores, quiero
agradecer su atención, quiero agradecer su apego a los valores. Porque yo sé
que si ustedes atravesaron las puertas de la Sociedad Francesa de Tucumán,
ustedes adhieren a nuestros valores. Y por eso Francia no los olvida.
120 años casi después de la
visita de Georges Clemenceau aquí, me da un poco de pena también (decididamente,
muchas cosas negativas!) ¿Pero cómo puede ser que hace 20 años que no viene un
Embajador aquí a esta Casa? Lo siento mucho y espero que no se reproduzca.
Agradezco a todos ustedes
por mantener esta casa, nuestra casa, y hacer de Francia, aquí, un símbolo de
lo que es la amistad y los lazos profundos entre nuestros dos continentes, y en
particular entre nuestros dos países.
Vive la France, viva la
Argentina y viva Tucumán!